sábado, 29 de marzo de 2014

INTEGRACION DE LAS CIENCIAS SOCIALES



La Sociología, la Geografía y la Historia: una triada estrecha, interesante y compleja

Por Florencia Graziadío*

Permanentemente hablamos de fenómenos y procesos que atravesamos a diario, pero no nos detenemos a mirar a que disciplina pertenecen cada uno. Esto nos pasa porque esos fenómenos y procesos nos afectan y producen cambios y situaciones en nuestra vida cotidiana, que en muchos casos, no podemos evitar. Pero podemos reflexionar acerca de algunas cuestiones.
La sociología como ciencia, estudia la interacción entre sujetos (de diversas formas) en una entrevista, al respecto el reconocido sociólogo francés Pierre Bourdieu dice “La sociología es en plenitud una ciencia, pero sí una ciencia difícil. Al contrario de las ciencias consideradas puras, ella es por excelencia la ciencia que se sospecha de no serlo Hay para ello una buena razón: produce miedo, porque levanta el velo de cosas ocultas, incluso reprimidas”.[1] La sociología es la ciencia de la pregunta, de la problematización de la intervención de lo dado por supuesto, y claro, como no temerle a una ciencia que solo me traerá preguntas… y las respuestas serán parte de otras disciplinas. Los sujetos (vistos desde un enfoque concreto) serán claves en dicha ciencia. Estos sujetos estarán en interacción y también se harán presentes en la historia y la geografía como ciencias, pero quizás cobraran presencia desde otros enfoques. En este sentido es posible atender tres cuestiones centrales que ocurrirán con esa presencia de los sujetos: a saber, la presencia del sujeto en diferentes contextos y procesos, la interacción de dichos sujetos bajo ciertas condiciones y la modificación de situaciones y entornos por parte de la acción de los sujetos. Veamos algunos ejemplos.
Es imposible negar la centralidad que tiene el hombre en cada uno de los fenómenos y procesos que la geografía, la historia y la sociología estudian. Lo interesante es poder observar que esa centralidad y protagonismo del sujeto se da desde distintos planos. Una guerra (por ejemplo, La Primera y la Segunda Guerra Mundial) que se produce por el enfrentamiento de gobiernos o Estados dirigidos por una ambición política y de poder, ambos conformados por sujetos que ubicados desde diferentes lugares (súbditos, ciudadanos, esclavos, gobernantes, políticos, etc.) y lógicas cumplen una función (o varias) dentro del fenómeno histórico. También es posible pensar en las huellas que pueden dejar los bombardeos de una guerra con distintas municiones que dejarán sus marcas en el suelo que afectaran la vida de las personas que lo habitan,  (por ejemplo, las bombas estadounidenses en Hiroshima y Nagasaki en el final de la Segunda Guerra Mundial dejaron tremendos efectos radioactivos que hicieron morir a muchas personas que lograron resistir el momento de los impactos). Probablemente, de la descripción de estos efectos se haga cargo la geografía. Siguiendo con el ejemplo de las guerras, es posible pensar en distintas problemáticas y procesos que emanan de éstas, la devastación de territorios completos produce situaciones de extrema pobreza, epidemias, muertes, grandes movimientos migratorios y la destrucción de fuentes de trabajo (economías desactivadas completamente en pos del conflicto bélico). Es aquí donde la sociología podrá profundizar en la búsqueda de respuestas a dichos fenómenos a través de conexiones explicativas y descriptivas de los hechos involucrados; esto será posible mediante el uso de diversas teorías que así lo permitan.         
Y pensando en la capacidad de los sujetos de modificar situaciones, procesos y entornos podríamos detenernos en las revoluciones. Si bien son procesos  principalmente analizados y descriptos por la historia, la sociología comparte lo suyo en dichos análisis. La geografía también puede dar su mirada cuando se trata de aspectos sociales en dichos procesos (la geografía social, por ejemplo). Las revoluciones más destacadas y con más alto impacto para la humanidad fueron la Revolución Industrial (todas) y la Revolución Francesa. Las consecuencias que cada una dejaron, tienen un impacto inmenso en el desarrollo del sistema capitalista (formas de trabajo y de vida de las personas, aprovechamiento y explotación de recursos, etc.) y los sistemas políticos (parlamentarios, monárquicos o mixtos). Aun hoy continuamos viviendo los efectos de estos procesos revolucionarios, y casi podríamos decir que ambas revoluciones se conjugan en un único y gran proceso mundial: la Globalización[2]. Allí en un marco de análisis crítico, la sociología, la historia y la geografía tienen un lugar insoslayable y tremendamente extenso. Y considerando nuestro último punto (en la capacidad de los sujetos de modificar situaciones, procesos y entornos), a pesar de existir y vivir en un proceso tan complejo y diverso como la Globalización, poder pensar en la capacidad transformadora de la acción del sujeto es la esperanza que jamás deberíamos perder como seres humanos. Mientras esto funcione habrá material de estudio de sobra que podrá ser compartido y enriquecido entre la sociología, la historia y la geografía. El hallazgo y la problematización serán vitales para nutrir y enriquecer día a día a cada una de estas ciencias y a esta triada en particular… la práctica, dependerá de cada uno.




* la autora es licenciada y profesora en sociología graduada en la UBA y docente del ISFDyT 83 en la carrera de la Tecnicatura Superior en Administración de Archivos y Documentos y el Profesorado en Geografía.


[2] “La globalización puede así ser definida como la intensificación de las relaciones sociales en escala mundial que ligan localidades distantes de tal manera que los acontecimientos de cada lugar son modelados por eventos que ocurren a muchas millas de distancia y viceversa (…) La transformación local es tanto una parte de la globalización cuanto la extensión lateral de las conexiones sociales por medio del tiempo y el espacio.” Ianni, Octavio: “Teorías de la globalización”, Siglo XXI, Pág. 163.


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