La Sociología, la Geografía y la Historia:
una triada estrecha, interesante y compleja
Por Florencia Graziadío*
Permanentemente
hablamos de fenómenos y procesos que atravesamos a diario, pero no nos
detenemos a mirar a que disciplina pertenecen cada uno. Esto nos pasa porque
esos fenómenos y procesos nos afectan y producen cambios y situaciones en
nuestra vida cotidiana, que en muchos casos, no podemos evitar. Pero podemos
reflexionar acerca de algunas cuestiones.
La sociología
como ciencia, estudia la interacción entre sujetos (de diversas formas) en una
entrevista, al respecto el reconocido sociólogo francés Pierre Bourdieu dice “La sociología es en plenitud una ciencia,
pero sí una ciencia difícil. Al contrario de las ciencias consideradas puras,
ella es por excelencia la ciencia que se sospecha de no serlo Hay para ello una
buena razón: produce miedo, porque levanta el velo de cosas ocultas, incluso
reprimidas”.[1]
La sociología es la ciencia de la pregunta, de la problematización de la
intervención de lo dado por supuesto, y claro, como no temerle a una ciencia
que solo me traerá preguntas… y las respuestas serán parte de otras
disciplinas. Los sujetos (vistos desde un enfoque concreto) serán claves en
dicha ciencia. Estos sujetos estarán en interacción y también se harán
presentes en la historia y la geografía como ciencias, pero quizás cobraran
presencia desde otros enfoques. En este sentido es posible atender tres
cuestiones centrales que ocurrirán con esa presencia de los sujetos: a saber, la presencia del sujeto en diferentes
contextos y procesos, la interacción de dichos sujetos bajo ciertas condiciones
y la modificación de situaciones y entornos por parte de la acción de los
sujetos. Veamos algunos ejemplos.
Es imposible
negar la centralidad que tiene el hombre en cada uno de los fenómenos y
procesos que la geografía, la historia y la sociología estudian. Lo interesante
es poder observar que esa centralidad y
protagonismo del sujeto se da desde distintos planos. Una guerra (por
ejemplo, La Primera y la Segunda Guerra Mundial) que se produce por el
enfrentamiento de gobiernos o Estados dirigidos por una ambición política y de
poder, ambos conformados por sujetos que ubicados desde diferentes lugares (súbditos,
ciudadanos, esclavos, gobernantes, políticos, etc.) y lógicas cumplen una función
(o varias) dentro del fenómeno histórico. También es posible pensar en las
huellas que pueden dejar los bombardeos de una guerra con distintas municiones
que dejarán sus marcas en el suelo que afectaran la vida de las personas que lo
habitan, (por ejemplo, las bombas
estadounidenses en Hiroshima y Nagasaki en el final de la Segunda Guerra
Mundial dejaron tremendos efectos radioactivos que hicieron morir a muchas
personas que lograron resistir el momento de los impactos). Probablemente, de la
descripción de estos efectos se haga cargo la geografía. Siguiendo con el
ejemplo de las guerras, es posible pensar en distintas problemáticas y procesos
que emanan de éstas, la devastación de territorios completos produce situaciones
de extrema pobreza, epidemias, muertes, grandes movimientos migratorios y la
destrucción de fuentes de trabajo (economías desactivadas completamente en pos
del conflicto bélico). Es aquí donde la sociología podrá profundizar en la
búsqueda de respuestas a dichos fenómenos a través de conexiones explicativas y
descriptivas de los hechos involucrados; esto será posible mediante el uso de
diversas teorías que así lo permitan.
Y pensando en la
capacidad de los sujetos de modificar situaciones, procesos y entornos
podríamos detenernos en las revoluciones. Si bien son procesos principalmente analizados y descriptos por la
historia, la sociología comparte lo suyo en dichos análisis. La geografía
también puede dar su mirada cuando se trata de aspectos sociales en dichos
procesos (la geografía social, por ejemplo). Las revoluciones más destacadas y
con más alto impacto para la humanidad fueron la Revolución Industrial
(todas) y la
Revolución Francesa. Las consecuencias que cada una dejaron,
tienen un impacto inmenso en el desarrollo del sistema capitalista (formas de
trabajo y de vida de las personas, aprovechamiento y explotación de recursos,
etc.) y los sistemas políticos (parlamentarios, monárquicos o mixtos). Aun hoy
continuamos viviendo los efectos de estos procesos revolucionarios, y casi podríamos
decir que ambas revoluciones se conjugan en un único y gran proceso mundial: la Globalización[2]. Allí
en un marco de análisis crítico, la sociología, la historia y la geografía
tienen un lugar insoslayable y tremendamente extenso. Y considerando nuestro
último punto (en la capacidad de los sujetos de modificar situaciones, procesos
y entornos), a pesar de existir y vivir en un proceso tan complejo y diverso
como la Globalización,
poder pensar en la capacidad
transformadora de la acción del sujeto es la esperanza que jamás deberíamos
perder como seres humanos. Mientras esto funcione habrá material de estudio
de sobra que podrá ser compartido y enriquecido entre la sociología, la
historia y la geografía. El hallazgo y la problematización serán vitales para
nutrir y enriquecer día a día a cada una de estas ciencias y a esta triada en
particular… la práctica, dependerá de cada uno.
* la autora es licenciada y profesora en sociología graduada en la UBA y docente del ISFDyT 83 en
la carrera de la
Tecnicatura Superior en Administración de Archivos y
Documentos y el Profesorado en Geografía.
[1] Entrevista disponible en http://www.antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=123
[2] “La globalización puede así ser definida como la intensificación de las
relaciones sociales en escala mundial que ligan localidades distantes de tal
manera que los acontecimientos de cada lugar son modelados por eventos que
ocurren a muchas millas de distancia y viceversa (…) La transformación local es
tanto una parte de la globalización cuanto la extensión lateral de las
conexiones sociales por medio del tiempo y el espacio.” Ianni, Octavio: “Teorías de la globalización”, Siglo XXI, Pág. 163.
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